Los formones y escoplos, son herramientas de corte
usadas en carpintería y ebanistería, si bien han perdido protagonismo en la
artesanía tradicional, continúan siendo unos instrumentos indispensables para
muchos trabajos manuales, como por ejemplo las cajas ó mortajas.
Diferencia entre formones
y escoplos
La principal diferencia entre los formones y los
escoplos consiste en la anchura del borde cortante.
También difieren de grosor de la hoja de borde
biselado y relativamente poco gruesa en los formones; estrecha y muy gruesa en
los escoplos.
Es decir, que en su sección son, en cierta manera,
inversos. Pero también la función de unos y otros es distinta, pues a los
formones no se les suele exigir el esfuerzo que casi siempre se requiere de los
escoplos.
El formón continúa
siendo generalmente válido para una gran cantidad de operaciones tanto de
carpintería como de ebanistería, el escoplo, destinado casi exclusivamente al
arranque de material para obtener cajas de ensamble, ha ido perdiendo su
utilidad, ya que dicho labrado suele obtenerse por otros procedimientos, lo
mismo desde el punto de vista industrial como desde el del aficionado.
Tanto
uno como otro instrumento requieren ser robustos tanto en lo que afecta a la
hoja de borde biselado como al mango que la acoge.
En los tradicionales mangos de formones y escoplos
hechos a base de madera dura, se acostumbra reforzar el extremo del mango con
una virola de metal para acoger el impacto de maza o martillo cuando se propinan golpes contundentes para hacer penetrar la hoja de borde biselado.
Actualmente muchos mangos
suelen ser de un material sintético, el acetato de celulosa, que es uno de los
plásticos más resistentes al impacto.
El escoplo se caracteriza por
tener una hoja relativamente estrecha y muy gruesa o recia. Es lógica esta
robustez de la hoja de borde biselado, pues la principal misión del escoplo es conseguir el
arranque de madera en profundidad, por lo que tiene que actuar ejerciendo
palanca sobre la hoja. Para su penetración en la caja o mortaja, tiene que
recibir golpes contundentes con la maza o con el martillo y por lo tanto es
conveniente que disponga de un mango fuerte de madera dura, provisto de anillo de refuerzo, para evitar su agrietado, o bien de un material plástico
resistente al impacto.
Actualmente muchas cajas se realizan después de haber efectuado una serie de taladrados sucesivos con brocas correspondientes a la anchura interior de la caja (barrenos). En estos casos, para eliminar el material sobrante, casi mejor que un escoplo resultará un formón que alise e iguale las paredes interiores de las crestas dejadas por la broca.
Desde el punto de vista industrial, las cajas se suelen realizar mediante fresas especiales, sistema que quizá podrá llevar a cabo una ruteadora que disponga de un buen equipo.
Actualmente muchas cajas se realizan después de haber efectuado una serie de taladrados sucesivos con brocas correspondientes a la anchura interior de la caja (barrenos). En estos casos, para eliminar el material sobrante, casi mejor que un escoplo resultará un formón que alise e iguale las paredes interiores de las crestas dejadas por la broca.
Desde el punto de vista industrial, las cajas se suelen realizar mediante fresas especiales, sistema que quizá podrá llevar a cabo una ruteadora que disponga de un buen equipo.
Se comienza desde el centro de la caja, moviendo el escoplo hacia el sentido del borde cortante, calculando mas o menos una profundidad media de la pieza de madera a trabajar.
FIG 1 Y 2.
Se gira el escoplo hacia el lado contrario y se realiza la misma operación, hasta abarcar el total de la caja. FIG.3.
A continuación se da vuelta a la pieza de madera, para continuar la caja, en caso de ser pasante. FIG. 4 Y 5.
Rectifique las partes planas de la caja teniendo en cuenta el sentido del borde cortante, que es el que da el perfecto terminado. FIG. 6.
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